Artículo online - Publicado el 02-05-19
GIS
El 1 de junio de 2019, Nayib Bukele, ex alcalde y hombre de negocios, asumirá el cargo de nuevo presidente de El Salvador. La elección del señor Bukele en febrero fue notable por varias razones. Lo más importante es que llegó en la primera ronda, con una clara mayoría: el 54 por ciento de los votos. Además, se postuló como candidato de un pequeño partido conservador, la Gran Alianza para la Unidad Nacional (GANA). En conjunto, estos factores hicieron que su elección represente una fuerte reprimenda a los dos partidos principales, el FMLN de la izquierda y ARENA de la derecha, que había gobernado el país desde que terminó la guerra civil en 1992.
La campaña de Bukele utilizó las redes sociales en una medida sin precedentes para Centroamérica. Se centró en la corrupción de sus predecesores y sus partidos. Los dos presidentes más recientes de El Salvador, Antonio Saca (2004-2009) de ARENA, y Mauricio Funes (2009-2014) del FMLN, están acusados de malversar más de 300 millones de dólares. Combinados, los más de 650 millones de los que se sospecha que han robado constituyen una asombrosa parte del dinero, especialmente en comparación con el PBI de 2017 de 24,8 mil millones de dólares
El señor Saca cumple una condena de diez años de prisión por sus delitos, mientras que Funes se refugió en Nicaragua. La esposa de Saca, Ana Ligia de Saca, la ex primera dama, llegó a un acuerdo con el fiscal general del país por el cual confesó haber lavado 17 millones de las cuentas de la oficina presidencial. Ella completará tres años de trabajo social en lugar de cumplir una condena en la cárcel.
Preguntas de política
El presidente electo Bukele fue alcalde de la capital de El Salvador, San Salvador, desde 2015 hasta 2018. Fue miembro del FMLN hasta 2017, cuando fue expulsado por sus frecuentes críticas al liderazgo del partido. Durante la campaña presidencial, pidió que se ponga fin al dominio de los dos partidos dominantes en el poder. Ofreció algunas pistas sobre las políticas que seguiría, excepto que le pediría a las Naciones Unidas que creara una comisión para investigar la corrupción, similar a la que hasta hace poco había estado operando en Guatemala.
Bukele corrió bajo la bandera de GANA porque su propio partido, recientemente establecido, Nuevas Ideas, no se organizó a tiempo para registrarse para la elección. GANA y otro pequeño partido aliado con el presidente electo tienen 11 escaños en la Asamblea Legislativa. ARENA tiene 37 y FMLN tiene 23, mientras que los partidos más pequeños ocupan los 13 asientos restantes. Incluso en el caso probable de que muchos legisladores del FMLN decidan trabajar con Bukele, sus aliados aún constituirán una minoría en la legislatura. Todavía no ha revelado a quién está considerando para su gabinete, así que tenemos algunas pistas sobre cómo pretende gobernar.
Desde la elección, Bukele ha visitado México y Estados Unidos. Durante su gira, prometió cortar las relaciones con los regímenes autoritarios en Venezuela y Nicaragua. También dejó en claro que, además de la corrupción, reconoció los otros dos problemas principales del país. El primero es el crimen violento, especialmente las actividades de pandillas organizadas conocidas como maras. El segundo es la economía lenta: Bukele intentará encontrar formas de estimular el crecimiento del empleo. Abordar ambos problemas reduciría la presión sobre los salvadoreños para emigrar y el presidente electo cuenta con más ayuda de Estados Unidos para lograr sus objetivos.
Estados Unidos está retrocediendo
Sin embargo, el presidente Donald Trump ha amenazado con cortar toda la ayuda a El Salvador, Honduras y Guatemala, los tres países centroamericanos que envían a la mayoría de los migrantes a Estados Unidos. Esa medida dificultaría mucho más la reducción del flujo de migrantes. Hay evidencia de que el programa de prevención de la violencia financiado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ayudó a reducir significativamente la tasa de homicidios en El Salvador. Los datos del gobierno de Estados Unidos muestran que la tasa de homicidios en San Salvador, por ejemplo, ha disminuido en cada uno de los últimos tres años. En el municipio de Zacatecoluca, que tiene un programa activo de USAID, los homicidios se redujeron en más del 66 por ciento entre 2015 y 2017.
Sin la ayuda de Estados Unidos para estimular la economía y profesionalizar la fuerza policial, Bukele luchará en una batalla cuesta arriba. La economía ha fluctuado durante más de una década. El año pasado, el crecimiento del PBI fue un decepcionante 1,9 por ciento, a pesar de los tremendos esfuerzos de los salvadoreños en Estados Unidos que envían remesas a sus familias. Aproximadamente una quinta parte de la población de El Salvador vive en Estados Unidos. El dinero que este contingente envió al país representó un extraordinario 21 por ciento de su PBI en 2018. Afortunadamente para el presidente electo Bukele, esas remesas no muestran signos de disminución.
Este informe se publicó por primera vez en www.gisreportsonline.com
https://www.gisreportsonline.com/opinion-el-salvadors-new-president-faces-an-uphill-struggle,politics,2849.html#