Artículo online - Publicado el 24-05-23

América Latina

LITIO: UN ESPACIO DE PUJA DE INTERESES

Por Rodolfo Tecchi
Biólogo argentino, especializado en ecología regional, conservación de la naturaleza y gestión de la ciencia y tecnología. Fue rector de la Universidad Nacional de Jujuy y presidente del Consejo Interuniversitario Nacional.

En el mundo, tanto como en Argentina, el litio representa un espacio de intensa puja de intereses. Los protagonistas no son menores: empresas multinacionales mineras y automotrices, gobiernos regionales, nacionales y extranjeros, comunidades originarias, organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación, y fondos de inversión, entre otros juegan la partida. Alcanza como ejemplo de los extremos a que se puede llegar, la injerencia, admitida en primera persona, por el propietario de la multinacional Tesla en la caída del gobierno de Evo Morales en Bolivia en 2020, por intereses en el acceso al litio altiplánico.

Como es sabido la relevancia de este elemento se sostiene en su participación en celdas de baterías que, por sus características para almacenamiento y entrega de energía, permiten desarrollos tecnológicos destacados como las computadoras, la telefonía móvil y la electromovilidad a partir de vehículos eléctricos.

Pero vamos por partes. Al fin y al cabo, el litio, es relativamente abundante en la superficie terrestre (65 partes por millón). Solo se trata de precisar de donde extraerlo y a que costo. El país con mayor producción en el mundo es Australia que lo obtiene de una roca, el espodumeno.

El litio disuelto durante eras geológicas y concentrado en las salmueras que se encuentran en las aguas subterráneas de salinas y salares altoandinos, principalmente en el área fronteriza entre Chile, Argentina y Bolivia (triangulo del litio) es el que ha llamado la atención en los últimos años por un menor costo de extracción.

Chile, segundo productor mundial, declaró al litio como recurso estratégico, en 1979, por su contenido en isotopos críticos para el desarrollo de la energía nuclear. Por lo tanto, quedó al margen del sistema de concesiones mineras tradicionales y se maneja a través de contratos de explotación.

En los últimos días el gobierno del presidente Boric, presentó una nueva estrategia nacional sobre el litio que prevé, entre otras medidas, la creación de una empresa nacional que intervendrá, con eventuales socios privados, en la exploración, explotación y agregado de valor.

Bolivia siempre ha mantenido una fuerte presencia estatal en este tema. Con diversos socios internacionales que fueron cambiando a través del tiempo, coreanos, alemanes y chinos, siempre el Estado es el actor clave.

En la Argentina el sistema es el clásico de concesiones mineras. Con algunas salvaguardas ambientales y unas poco claras consultas a comunidades originarias, las provincias, propietarias constitucionales del bien, otorgan permisos de exploración y explotación. Estas autorizaciones se extienden mientras el permisionario persista con la extracción, incluyendo eventuales transferencias de la empresa. Los cánones que se tributan son relativamente pequeños y muchas veces los reintegros nacionales a empresas por exportaciones superan los percibido por tasas e impuestos.

Hasta la publicación de la presente nota solo dos empresas explotan el recurso en el país, en Catamarca y Jujuy. Y existen varios proyectos anunciados o en desarrollo.

Cabe aclarar que las sales que se producen tienen distintos costos de producción, desde el más económico, denominado carbonato comercial o de grado técnico, pasando por el grado batería (99,5%), el hidróxido de litio y otros. La Argentina exporta alguno de estos productos relativamente baratos que, en su posterior procesamiento en el extranjero, producen valor y generan mano de obra. Luego alguna automotriz transnacional nos invita a sentirnos orgullosos si compramos automóviles con baterías con litio “argentino”.

Investigaciones de la Aduana, sobre posibles casos de subfacturación de exportaciones, llevaron a la AFIP, a establecer, en 2022, un precio de referencia, exclusivamente para el carbonato grado batería, en u$s 53 mil por tonelada. En 2023 el valor de mercado ya supera los u$s 60 mil.

Hay distintas iniciativas legislativas para incluir al litio como mineral estratégico, para eventualmente, seguir un camino similar a México que lo acaba de nacionalizar, tras una reforma previa de las normativas mineras.

El Código Minero en la Argentina establece, en una reforma de 1980, que “El Poder Ejecutivo, a propuesta conjunta de los Ministerios de Defensa y de Economía y Obras y Servicios Públicos, y en coordinación con las autoridades superiores de las Fuerzas Armadas, clasificará periódicamente las sustancias minerales estratégicas a los fines señalados en el presente Código”. De todas maneras, esto es anterior a la reforma constitucional de 1994 que determinó la propiedad de las provincias sobre sus recursos.

La Nación no aplica en el comercio exterior, dentro de sus atribuciones, premios y castigos para que se produzcan y exporten mercancías con el mayor valor agregado posible.

Y.Tec, empresa tecnológica que nace por asociación de la empresa YPF y el CONICET, tiene en marcha el proyecto de desarrollo de plantas de fabricación de celdasEsto demuestra que, aunque en forma incipiente, en la Argentina podría desarrollarse una cadena de valor virtuosa.

En 2019 desde el Consejo que reúne a las Universidades públicas se constituyó el Foro Interuniversitario de Especialistas en Litio que integrado por investigadores de alrededor de treinta grupos de investigación en áreas que relacionan al litio con las ciencias exactas, sociales, y ambientales. Uno de sus reclamos es que se incorpore la voz de la ciencia en las decisiones que se toman sobre la exploración, explotación, industrialización y comercialización de este elemento.

El Foro ha insistido en la necesidad de que en la Argentina se constituya una Comisión Nacional de Litio en la cual trabajadores, empresarios, gobiernos, científicos y comunidades originarias puedan debatir y promover políticas publicas para un aprovechamiento soberano de este recurso.

Es muy interesante observar como se deja entrever una potencial competencia entre distintos países como China, EEUU, y europeos, para “acceder” al litio de la Argentina, sin considerar el interés nacional. Da la impresión que actitudes como las asumidas por Chile, Bolivia y México aumentan la percepción, de los empresas y funcionarios de las naciones más industrializadas, que las normas en Argentina son más permisivas.

La reciente fusión de dos gigantes transnacionales litiferas, como Alkem y Livent, que incluyen las explotaciones en Argentina, representa una novedad que deberá analizarse por sus eventuales consecuencias.

Mientras tanto en China ya se empiezan a desarrollar automóviles alimentados por baterías con sodio. ¿Cuántos años más seguirá siendo el Litio el protagonista de la transición energética?

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